Cercedilla, 27 de agosto de 2017
“tormentitas de Verano”
Llegue a Cercedilla bastante temprano y desayune tranquilamente en el bar de la estación, haciendo tiempo para dirigirme al punto de encuentro en el parking del centro urbano de Cercedilla, y es que la hora de salida de la grupeta estaba prevista a las 9,15 AM. Y el tren que me habría permitido dormir hasta una hora más, llegaba a las 9,27 AM. Pienso que sería interesante coordinar siempre que se pueda, y se ubique el punto de encuentro en una localidad con estación de cercanías, se tenga en cuenta las posibles llegadas de los trenes, al objeto de facilitar con ello la asistencia las rutas a más gente, ya que como en este caso solo había una variación de 7 minutos con el horario previsto de inicio de la ruta.
En dicho punto de encuentro, había algunas “bajas” en las filas de los efectivos previstos, y es que las expectativas meteorológicas no eran demasiado halagüeñas pero llevados por nuestra pasión de pedalear en tan bonito entorno, nos reunimos 7 madroños inasequibles al desaliento de posibles tempestades.
Emprendimos la ruta en dirección a la estación de cercanías, pero en vez de atravesar el puente del ferrocarril para coger la carretera de los campamentos que nos llevaría al mismo punto, atajamos por unas empinadas zetas peatonales, con escalones poco ciclables, donde ya de primeras alguno mordió el polvo.
Superado este corto y absurdo tramo de unos cien metros, conectamos con el inicio de la bonita Senda Puricelli en dirección a las Dehesas, ya que nuestro objetivo era evitar el posible trafico, además de disfrutar de tan agradable senda, pero lo cierto es que la zona de las Dehesas a pesar de ser domingo, estaba casi desierta de vehículos.
La temperatura era maravillosa, fresca y con total ausencia de viento, aunque antes de llegar a las dehesas ya nos cayeron algunas tímidas gotitas, que no nos preocuparon, lo cierto es que apenas vimos el sol durante toda la ruta,
Seguimos animosos ascendiendo posteriormente por la carretera de La Republica, que estaba desierta, y por la que apenas circulabamos nada mas que nosotros, y por esta pista llegamos al Puerto de la Fuentfria, tras una breve parada y la foto de rigor, seguimos rodando hasta el collado marichiva, en este punto Julian que esta como una moto, se salto la bifurcación y tiro palante hasta perderlo de vista, y es que el muy jodio mas que optar al trofeo del mas veterano, debería de competir en la categoría de cadetes juveniles dado su sorprendente estado de forma, otro que esta como pa ponerle un piso en la castellana es Andres,(Orinoco) que cada vez que lo veo esta mas y mas figurin, de aquí a nada le vemos participando de modelo en la pasarela Cibeles.
Por fin Julian se dio cuenta y tras recorrer el tio, casi una docena de kilómetros en solitario se dio cuenta de su error y volvió al redil, donde ya todos juntos emprendimos el tramo más técnico de todo el recorrido, un camino muy empedrado que en empinado descenso baja hasta la frondosa pista del Rio Moros.
En este camino Xuan lo paso algo mal ante tal maremágnum de piedras, pues todavía está bastante verde en las zonas técnicas, pero eso en cuatro o seis salidas y alguna parcelita de solo chapa y pintura se arregla.
Ya todos en la pista la cogimos hacia la derecha, bordeando un paradisiaco embalse, en esta vertiente segoviana, nos empezaron a caer al principio un pequeño aguacero, que hacía que no nos decidiéramos a ponernos el chubasquero, y solo lo hicimos cuando empezamos a sentirnos como “calabobos”
Hoy era el día de las tormentitas de verano, pero esta última fue todo un chaparrón en toda regla que nos empapo a modo, aunque afortunadamente la temperatura no era demasiado baja, aunque algún que otro compañero que se dejó el chubasquero en casa, no opinara lo mismo…je, je, esperemos que no les cueste una pulmonía.
La tormenta nos dio un momento de respiro, y pudimos continuar con la ruta por las agradables pistas de magníficos pinos centenarios, para posteriormente, contactar con la siempre peligrosa carretera N-VI por la que por su arcén y acojonaditos, llegamos tras 2 km. Al alto del León.
Tras el chaparrón, los ánimos estaban poco eufóricos y la mayoría era llegar a los coches cuanto antes, pero en este punto el Alto del León, Raulito nos ofrecio realizar un tramos por senderos hasta conectar con la Pista de la Solanilla que circunda las soberbias moles del pico de la Peñota, en dirección Cercedilla.
Lo cierto es que dejándote caer desde este punto por carretera durante apenas 800 metros llegas también a esta bonita pista de la Solanilla, pero Raulito nos insistió en recorrer este sendero, en el que francamente pocos creimos que mereciese la pena….
Pero nos equivocamos rotundamente, y pudimos disfrutar de un soberbio y sinuoso sendero emboscado,
totalmente ciclable de unos escasos dos kilómetros, con algunos tramos técnicos muy disfrutones en los que no hubo que echar pie a tierra, salvo Xuan que paso su calvario en alguno de estos tramos, pero estoy seguro que en poco tiempo cojera técnica y podrá disfrutar a tope de estos senderos, además tiene un buen fondo físico y una mas que insultante juventud para progresar.
Las Tormentas caídas en las últimas horas dejaron el terreno muy optimo y seguro, o eso me parecía a mí, que a decir verdad estrenaba una cubierta delantera High roller de 2,35 que es la caña pues me hicieron sentirme muy seguro y torero en rápidos descensos y trialeras.
Tras recorrer la panorámica y espectacular pista de La Solanilla, por la que rápidamente fuimos perdiendo altura, llegamos a las urbanizaciones de Cercedilla donde ya sin pena ni gloria llegamos a Cercedilla.
Lo cual es una lastima, pues un corto y bonito sendero por montaña nos hubiera llevado casi hasta el puente del ferrocarril en Cercedilla sin pisar tanto asfalto.
La Conclusion es que disfrutamos de una divertida mañana, pasada por agua, de Mtb, interactuando con la siempre cambiante naturaleza, que forma parte de una manera inseparable de nuestro fascinante deporte, y quizás esto contribuya a que sea a la par, tan apasionante