La Cabrera, 13 de Abril de 2.014
…” una ruta verde, que se torno de un negro nefasto”Es difícil no quedarse fascinado al contemplar este soberbio telón de montañosos riscos de la Cabrera, cuyos afilados picos, recuerdan los dientes de una sierra, y en la que destaca la colosal figura de esa mole granítica que es el Pico de la Miel.
Y es que esta ruta tenia todos los alicientes, para ser la ruta perfecta,un entorno maravilloso y un dia espectacular, asi que no me asombre al ver el elvado numero de participantes en esta ruta verde del Cabrero, que desgraciadamente al poco de empezar se torno radicalmente en una ruta “negra”
A las 9,30 iniciamos la marcha 22 bikers, abandonando rápidamente el municipio de la Cabrera, para coger al poco, un camino en descenso, semiasfaltado, muy roto y con bastante gravilla suelta, lo que lo convertía en un terreno peligroso, por el que apenas llevábamos 1,5 Km cuando sucedió lo peor, Orinoco entra fuerte, en un escorrentia con abundante gravilla suelta, y en fraccion de segundo va al suelo, con una violenta y aparatosa caida, que lo deja semincosciente, apenas se mueve, tiene arañazos leves en brazos y piernas, pero nos tememos que el golpe ha sido interno, pues le cuesta hasta respirar, nos quedamos de piedra, afortunadamente Carol reacciona y llama a emergencias, la caida ha sido en un camino paralelo a la carretera N-I distante apenas 5 metros, y en poco tiempo se presenta una ambulancia del Samur, y posteriormente acude otra Uvi Movil, Andrés (Orinoco) apenas articula palabra, y ha perdido la consciencia de lo que ha sucedido, pregunta que ¿Qué ha pasado..? le ponen un collarin y le suben a una camilla, y tras comprobar las constantes vitales, le trasladan en la Uvi movil al hospital Reina Sofia.
Los demas todavía impactados no sabemos que hacer, Luis el guia se ha ido con Andres, dudamos si suspender la ruta, pues los animos estan por los suelos.
Al final decidimos continuar, y con alguna variación, acometemos, tramos de subida en silencio, pensando aun, en la mala suerte que ha tenido Andres, pero este es el riesgo que todos asumimos por practicar un deporte que la mayoria de las veces nos colma de satisfacción, pero que tambien supone sacrificios y a veces nos hace pasar por duros momentos como el que acabamos de vivir.
Poco a poco nos vamos tranquilizando y empezamos a disfrutar con el recorrido, que ahora es en bajada afrontando bonitos y sinuosos senderos en medio de la jara, bastante empedrados, y en los que hay que afrontar el paso de no pocos arroyos.
Mas tarde llegamos a Lozoyuela,, donde el sendero ahora se encajona entre vallas y tapias, hasta terminar convirtiendose en una especie de canal veneciano, totalmente enfangado y por el que discurre un maloliente arroyuelo, que terminara por empaparnos completamente las zapatillas, pues nos hemos dejado las botas de pocero en casa.
Por fin termina este acuatico tramo, aunque seguiremos encontrandonos con zonas encharcadas, charcos fácilmente esquivables, y algunos arroyos que deberemos cruzar.
Hacemos antes de las 12 una parada para realizar un avituallamiento, en una formidable pradera de amplias panorámicas del entorno, la cual nos da pena abandonar, pues el tiempo es excepcional, totalmente despejado y una brisa suave y fresa que resulta muy agradable.
Proseguimos la ruta continuando por rápidos senderos, sin mucha complicación, pero prestándoles atención, y por los que llegamos mas tarde a la localidad de Siete Iglesias, que a mi me parecen muchas iglesias para una localidad tan diminuta, pero si tiene una coqueta ermita iglesia, asentada sobre unas inmensas piedras, que con nuestra llegada se convierten en un improvisado BikePark en el que la peña baja y sube por las inclinadas rocas con maestria circense, yo tampoco me resisto a bajar por una empinada roca, a la que no calculo el angulo recto de salida, y mi rueda delantera se clava, y “tatanka” hace el pino-puente mientras yo salgo escopetao de cabeza, echo las manos por delante para amortiguar el impacto, pero mis dos “muñequitas” la Barbie y la Nancy, se acuerdan de todos mis muertos, me duelen un poco las muñecas aunque tengo movilidad, pero creo que solo ha sido un susto, aunque en esos momentos pienso que habria terminado mi carrera artistica, si hubiera sido un “palmero” en un tablao flamenco.
Sobre todo me duele mas la muñeca izda por el impacto, que es la que se ha llevado la peor parte, pero puedo seguir pedaleando, la ruta no tiene en este tramo mucha complicación, y sigo disfrutando del recorrido, que coincide en muchos tramos con el maratón de la Sierra Norte.
Uno de estos ultimos tramos es en una penosa subida, aunque corta, muy rota, y pienso para mi, lo criminal que debe ser afrontar esta dura subida cuando ya se lleva 70 Kmtos de Maratón en las piernas.
Acabada la subida, ya solo es cuestion de dejarse caer, en menos de 1,5 Km. hasta los coches, a los que llegamos con apenas 30 Kmtos. Recorridos, y es que el accidente de Orinoco nos ha trastocado todos los planes, aunque hemos terminando rodando por este bello y singular entorno, pues sinceramente pienso que Andres (Orinoco) asi habra querido que hiciesemos, aunque esta vez la ruta no ha sido tan divertida al no contar con su siempre grata presencia, por tan doloso tema.
Espero que Andres se recupere pronto, para contar con el en las rutas, pues ya le estamos echando de menos.